PROYECTO GANADOR CONCURSO UTEC

Entrevista
Yvonne Farrell. La arquitecta de Grafton Architects y ganadora del concurso para la construcción de la Universidad de Ingeniería y Tecnología nos cuenta los detalles de la obra.

LA COLINA DE LA CIUDAD
Luis Rodríguez

¿Cuál fue la idea principal de este proyecto?
La idea era una universidad que tenía que girar en torno a Lima, una ciudad que está al borde del mar con extraordinarios cambios de nivel. Así, encontramos que el terreno de la obra era como un pequeño valle que viene desde el mar. Teniendo la idea de que los edificios no son solo eso sino
parte de la geografía, nos preguntamos si una colina podía ser construida por el hombre. Entonces, tratándose de una universidad, queríamos tener como filosofía que los estudiantes y los profesores se pudieran reunir. De esta manera pensamos en estratificaciones. Desde el paso de los autos por debajo, hasta las alturas donde encontramos los auditorios, laboratorios y aulas
de investigación, aulas de clases, oficinas y –en la parte más alta– la biblioteca. Además, como es una universidad de ingeniería, pensamos que los laboratorios debían ser como unas galerías, para que la investigación y el mundo de estudiantes y profesores siempre estuvieran abiertos al público.
Por otro lado, hemos creado áreas verdes en cada estratificación; es decir, el techo de unos es el jardín de otros. Ahí habrá árboles y, dependiendo del nivel, las terrazas tendrán diferentes tipos de vegetación. Será como si el paisaje fuera parte del proyecto y con una circulación abierta gracias al buen clima que tiene la ciudad.

¿Por la forma del terreno fue difícil elaborar el proyecto?
Fue un reto porque se trataba de construir una universidad hacia arriba. No queríamos hacer cuatro bloques de edificios con elevadores sino una estructura que tuviera varias posibilidades.
Ahora, con la tecnología se puede estudiar desde casa, pero la idea era que los estudiantes de ingeniería se sintieran orgullosos de estudiar aquí, que la edificación los incitara a ir. Esto es una muestra de lo que se puede hacer con la ingeniería, que siempre aparece junto a la arquitectura, como hermanas.

¿Se tomó en cuenta el tema de sostenibilidad?
Sí, es parte de lo que nos mantendrá en el futuro. En el caso de Lima, donde máximo llueve 9 mm al año, se tiene que estar consciente del recurso del agua. Por eso, con las autoridades de la universidad estamos viendo el tema de las aguas grises, como las del lavado de manos, que puedan ser reutilizables para la irrigación.
Además, otro punto es el aire acondicionado y que, gracias al clima de Lima, se puede superar. El proyecto se hizo pensando en un edificio que tenga poco mantenimiento, por eso las terrazas en cada nivel de la universidad, con árboles y sombra, pueden ser un lugar perfecto para los estudiantes.

¿Se ha guiado de su experiencia en otras universidades para este proyecto?
No, este proyecto es único porque Lima es única. No somos arquitectos que hacemos un proyecto y lo llevamos de una ciudad a otra. Tratamos de encontrar qué es único en la ciudad, pero sí tomamos referencias de nuestra experiencia.
Grafton Architects ganó un concurso para construir la Universidad de Bocconi en Milán y en el 2008 este obtuvo el premio al Edificio del Año. Esa experiencia esperamos compartirla aquí. Este año también hemos conseguido otro concurso en Toulouse, Francia, donde nos encontramos en pleno proceso de construcción.

¿El proyecto será modificado tras la revisión de los dueños de la universidad?
En estos momentos nos estamos reuniendo con el equipo de la universidad para abordar las críticas funcionales y ver qué es lo que ellos necesitan. Lo bueno del concurso es que se puede dialogar con los usuarios.

¿El jurado les dijo por qué ganaron?
Cuando nosotros ideamos el proyecto de una nueva universidad, pensamos en algo que se viera fuerte exteriormente para que sea recordable. Pero, no solo estructuralmente, sino que se convirtiera en una infraestructura social y que el estilo escalonado de jardines lo conectara a la ciudad, puesto que el Perú históricamente tiene una cultura de andenes.
En Lima no existen límites entre lo interno y externo, así que la arquitectura tiene que ser peruana y no importada. Nosotros no vinimos desde Irlanda para imponerles un proyecto, queremos saber qué es posible hacer. Creemos en la relación de espacio-estructura y las posibilidades sociales. Esta es una ambición increíble y los arquitectos pueden traducirla en una forma organizada.

Publicado en: Casa y Más, Diario El Comercio, página 4, Miércoles 21 de Diciembre de 2011.

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